Gobiernos piden regular programas espía en reunión del Consejo de Seguridad de la ONU

En una reunión reciente del Consejo de Seguridad de la ONU, varios gobiernos y organizaciones internacionales hicieron un llamado conjunto para establecer regulaciones más estrictas sobre el uso de software espía (spyware). Este debate se produce en respuesta a una serie de incidentes globales en los que herramientas de vigilancia, originalmente diseñadas para combatir el crimen y proteger la seguridad nacional, han sido mal utilizadas para espiar a periodistas, activistas de derechos humanos, políticos de la oposición y ciudadanos comunes. Entre las propuestas destacadas, se incluyen la creación de un marco legal internacional para supervisar la fabricación, comercialización y uso de spyware, así como sanciones para aquellos que infrinjan dichas normativas.

El detonante de estas discusiones ha sido el uso extendido de spyware comercial, como Pegasus, desarrollado por la empresa israelí NSO Group, que ha sido señalado en repetidas ocasiones por violaciones de derechos humanos. Informes recientes revelaron que este tipo de software fue utilizado por gobiernos para infiltrarse en los teléfonos de activistas y periodistas en más de 45 países, lo que intensificó la presión para abordar las lagunas legales que permiten su proliferación. En la reunión, representantes de la Unión Europea, Estados Unidos y varios países de América Latina enfatizaron que, si bien estas herramientas pueden ser útiles para combatir el terrorismo y el crimen organizado, el uso indebido pone en peligro derechos fundamentales como la privacidad, la libertad de expresión y la protección de datos.

John Scott-Railton, investigador principal de The Citizen Lab, una organización de derechos humanos que ha investigado los abusos del software espía desde 2012, dio testimonio en el que hizo sonar la alarma sobre la proliferación de software espía creado por “un ecosistema global secreto de desarrolladores, corredores, intermediarios y empresas boutique”, que “está amenazando la paz y la seguridad internacionales, así como los derechos humanos”.

Uno de los temas centrales del debate fue la falta de transparencia en el mercado de spyware. Actualmente, muchas empresas desarrolladoras de estas herramientas operan con poca supervisión o regulaciones claras, lo que dificulta identificar a los responsables de abusos. Los activistas presentes en la reunión pidieron que cualquier regulación contemple mecanismos de transparencia obligatoria para los desarrolladores, así como auditorías independientes y restricciones a la exportación de estas tecnologías hacia regímenes autoritarios.

La reunión también subrayó los riesgos que el spyware representa para la estabilidad política global. Representantes de varios países señalaron que el espionaje gubernamental entre naciones ha aumentado, con casos documentados de ataques a diplomáticos, empresarios y funcionarios clave. Este tipo de acciones no solo comprometen las relaciones internacionales, sino que también aumentan la desconfianza en las instituciones públicas y exacerban conflictos regionales.

Por su parte, organizaciones de derechos humanos presentes en el debate instaron a la ONU a tomar medidas urgentes, señalando que, aunque algunos países ya han implementado restricciones sobre el uso de spyware, las medidas aisladas son insuficientes. El caso de México, donde se descubrió que el gobierno usó Pegasus para espiar a periodistas críticos del régimen, fue citado como un ejemplo claro de la necesidad de una respuesta coordinada a nivel internacional.

En el ámbito legal, se discutió la posibilidad de tipificar como delito internacional el uso indebido de spyware para la vigilancia masiva o la represión política. Algunos países, como Alemania y Canadá, propusieron la creación de un tratado similar al Acuerdo de Wassenaar, que regula la exportación de armas convencionales y tecnología de doble uso, pero enfocado exclusivamente en tecnologías de vigilancia.

Sin embargo, las discusiones también revelaron divisiones significativas entre los países. Mientras que las naciones democráticas apoyaron la implementación de normativas estrictas, otros gobiernos argumentaron que la vigilancia es una herramienta legítima para proteger la seguridad nacional. China y Rusia, en particular, señalaron que cualquier intento de regular el spyware debe respetar la soberanía nacional y evitar la imposición de estándares unilaterales.

Finalmente, la reunión concluyó con un acuerdo preliminar para establecer un grupo de trabajo dentro de la ONU que explore la viabilidad de un tratado internacional sobre spyware. Este grupo deberá presentar un informe detallado en los próximos seis meses, con recomendaciones específicas para abordar las preocupaciones expresadas durante la reunión.

El consenso general fue que la falta de regulaciones claras no solo perpetúa los abusos, sino que también pone en peligro la confianza en el entorno digital global. Los próximos meses serán cruciales para determinar si la ONU y sus estados miembros pueden superar sus diferencias y establecer un marco efectivo para enfrentar los retos éticos, legales y políticos que plantea el spyware.


Fuentes:

  1. TechCrunch: Governments call for spyware regulations in UN Security Council meeting
    https://techcrunch.com/2025/01/15/governments-call-for-spyware-regulations-in-un-security-council-meeting/
  2. The Guardian: UN debates global treaty to regulate spyware abuse
    https://www.theguardian.com/global-treaty-spyware-abuse
  3. BBC News: International leaders seek regulation for surveillance technology at UN
    https://www.bbc.com/news/spyware-regulation-2025
  4. Al Jazeera: Global spyware regulation under discussion at United Nations
    https://www.aljazeera.com/spyware-un-regulation
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Artículo redactado con asistencia de diversas inteligencias artificiales generativas con supervisión humana (redacción AD).

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